miércoles, 2 de noviembre de 2011

Prueba/comparativa de guitarras Mario Aracama "Clásica" y "Diapasón elevado"

Modelo Diapasón elevado
Dos nuevos modelos de joven luthier madrileño afincado en Granada en la línea clásica. Por Manuel Álvarez Ugarte

Cautivado por la música y las maderas, Mario Fernández Aracama (Madrid, 1975), comenzó a construir guitarras a finales de los años 90´ en Inglaterra, país en el que se graduó en la carrera de Tecnología de Instrumentos Musicales por la Guildhall University.
En 2003, tras estudiar a los maestros guitarreros se trasladó a la ciudad de Granada, donde fue asesorado, entre otros, por los eminentes Antonio Marín y Michael Ritchie. Allí continúa, residiendo, investigando y profundizando en la línea más tradicional y romántica de la guitarra española.
Desde este inigualable epicentro guitarrístico, faro de la luthería y prodigioso enclave natural, Mario recoge esta tradición y, a su manera, la redimensiona: la vuelve personal y única.

No recuerdo ya cuántos años han pasado desde que tuve el gusto de conocer a Mario en su ciudad adoptiva. Posiblemente una década, o casi. Recuerdo que fue a principios de un mes de diciembre y que en Granada apenas había indicios del invierno que, subrepticiamente, comenzaba a helar la península de norte a sur. Recuerdo también que la primera impresión que tuve de Mario se alejaba bastante de la imagen a la que me tenían acostumbrado los luthiers más mayores, con ese halo de formalidad y maestría. No es difícil, después de todo, sentirse cercano a una persona de tu misma edad y con intereses comunes.
Así, a grandes rasgos, comenzó esto que ahora es un nuevo artículo sobre sus guitarras (cada vez mejores), una amistad y, por supuesto, muchos más encuentros en el medio: cañas, vinos y lo más importante: largas charlas sobre esto y aquello. La vida, en definitiva.

La exquisita roseta artesanal, en sintonía con los
tonos del cedro canadiense en el
modelo Clásica
Hoy son dos guitarras de reciente factura las que nuestro protagonista ha puesto en mis manos y, para ser franco, me cuesta darme cuenta de cuál es la que más me gusta. Comienzo con la Clásica, de tapa de cedro (aunque me aclara Mario que también las hace en abeto) y de inmediato me invade la sensación de estar, como un pintor, frente a una paleta llena de colores. La pulso sin apenas esfuerzo, con la pereza de la mañana, y descubro enseguida una respuesta amable, cálida, que me anima a ir poco a poco apretando por aquí y allá, explorando el registro, los matices. Se aprecia un tacto cómodo y el mástil se revela en toda su extensión como un campo abierto en el que correr, saltar o sencillamente echarse un rato en un acorde acampanado, constituye una experiencia única, de esas que no quieres que se acaben enseguida.
La afinación, desde luego, es asombrosamente buena y la comprobación del octavado saca un 10 rotundo en todos los registros.

Detalle del fondo a la altura del
zoque. Marquetería de excelente
factura en cada rincón del mueble
El otro modelo, con el diapasón elevado, me ayuda a reencontrarme con las sensaciones de una guitarra con el mismo sistema que una vez tuve, pero que, al revés de como suele decirse: "mejora lo pasado".
El diapasón o mástil elevado no es otra cosa que, en realidad, la consecuencia de una caja de resonancia con diferentes profundidades: entre la culata en el lóbulo superior y las proximidades al zoque y tacón presenta una diferencia de exactamente 10 mm. Realmente es esto lo que permite que el mástil quede al descubierto a la altura del traste doce para facilitar así el acceso a la región más aguda, por lo general incómoda para la mayoría de intérpretes. Además, al haber más madera bajo el diapasón, las notas entre los trastes 12 y 20, mejor respaldadas por esta sólida estructura, adquieren mayor presencia y sustain. Adicionalmente, el pino abeto en este modelo le da un brillo algo diferente en comparación con el anterior; aunque se puede decir que las dos son hijas del mismo padre: las rosetas y las cenefas, en tonos marrones, son artesanales y de finísima factura; la original cabeza con diseño asimértico; los clavijeros: Gotoh; el varetaje interior: siete varetas simétricas con bajopuente y el tiro, de 650 mm.

El original diseño de la pala, asimétrico,
constituye una de las señas de identidad
más destacadas en las guitarras Aracama
También en los materiales escogidos se percibe la búsqueda: los dos modelos tienen aros y fondo de palosanto de India de primerísima calidad (el modelo Flamenca publicado ya en este Sitio era de cocobolo), las excelentes tapas y el sistema de sujeción de cuerdas nos recuerda al impulsado por el gran José Romanillos, con dobles orificios en el puente.
El barnizado, de goma laca a muñequilla en las dos, todo un acierto, para que los colores de la paleta brillen donde tengan que brillar y sean opacos si la tristeza del momento así lo requiriera.

El precio, muy competente, incluye un estuche rígido Hiscox, porque a los tesoros es mejor tenerlos a buen resguardo. Nuestra opinión: muy bueno.





Características
Mario Aracama “Clásica” y "Diapasón elevado"

Precio: € 3.000 y € 3.300 (respectivamente)
Origen: Granada, España
Tapa: cedro rojo de Canadá / pino abeto 
Aros y fondo: palosanto de India
Mástil: cedro de Honduras
Diapasón: ébano
Trastes: alpaca
Clavijero: Gotoh
Acabado: goma laca a muñequilla
Estuche: sí, Hiscox
Contacto: 687 614 057 / www.guitarrasaracama.com