Un momento en el sonido es el quinto trabajo en solitario del brillante guitarrista cordobés. Una vuelta de página en su carrera, un instante de reflexión en el que sonoridades de diversas latitudes inundan las sendas de un flamenco inspirado, maduro y personal. En ocasión de su visita a Madrid, conversamos con Vicente sobre el que, en palabras suyas, es su disco más serio. Por Manuel Álvarez Ugarte
Cinco años separan tu anterior trabajo en solitario de éste. Cuéntanos cuándo comenzó a rondar en tu cabeza el material del que se nutre Un momento en el sonido.
Desde siempre. Tú sabes que los músicos siempre andamos soñando con música; incluso aunque no estés con la guitarra vas pensando cosas. Cuando terminé Ciudad tuve que dejar material compositivo para más adelante: retales, cosas que tienes aparcadas incluso desde hace años. En definitiva, ideas a desarrollar. Con esto quiero decir: ahora que terminé este disco ya estoy pensando en nuevas músicas, en el material que posiblemente formará parte del próximo. El único problema es el tiempo, por lo general los músicos andamos siempre comprometidos con actividades que nos insumen el bien más preciado: otras grabaciones, giras, etc. En mi caso, fue necesario que dijera basta y me ocupara de ordenar esas ideas para poder sacar adelante este nuevo proyecto.
Es verdad, porque si no me equivoco, entre Ciudad de las ideas y este último CD, sale a la luz Canto, grabado junto a El Pele, colaboras con Sting en Sacred Love y das media vuelta al mundo ofreciendo conciertos. En qué momento dices basta y te detienes a organizar este trabajo?
Concretamente el año pasado, justo cuando terminé lo de El Pele dije: ahora voy a hacer mi disco. Me fui a un monasterio en Rocamador, Extremadura, un lugar maravilloso, con encinas por todos lados. Allí, totalmente solo, con la guitarra y el ordenador portátil me puse manos a la obra. Cinco días primero, otros cinco después. Parece una tontería pero no es nada fácil eso de estar varios días concentrado en un lugar así. En los tiempos que vivimos queda bonito decirlo, pero luego tienes que irte y estar allí todas esas horas solo. El retiro me permitió ordenar y desarrollar todo el material que venía acumulando.
Cuál es tu metodología a la hora de organizar el trabajo grupal?
En un primer momento pensé en hacer el disco solo con guitarra y algunas palmas, en plan “lo más tradicional posible”. Después me di cuenta de que en esa actitud había una suerte de deseo de demostrar algo que en el fondo no necesitaba. El esqueleto de disco lo hice solo con guitarra, recién ahí dije: por qué tengo demostrarle a los puristas lo que ya me he demostrado a mí mismo: que soy capaz de hacer un disco solo de guitarra?. Comencé poco a poco a introducir las colaboraciones que los temas me pedían, un bajo por aquí, percusiones por allí, cante, etc. La metodología ha sido esa, que cada uno tocara y desarrollara libremente sus partes instrumentales sobre la guitarra.
A propósito, según tus propias palabras las colaboraciones en este disco priorizan la pureza al marketing de los nombres. Cuéntanos quiénes colaboraron y por qué los elegiste.
En el disco colaboran artistas a los que principalmente quiero y respeto. Están Tino Di Geraldo, El Potito, Antonio Villar, Blas Córdoba y Joan Albert Amargós entre otros. Los elegí porque se trata de gente que siento muy próxima a mi forma de ver y sentir la música. A algunos de ellos me une, además, un vínculo de amistad de muchos años, lo que ha dado mucha complicidad a las interpretaciones.
Muchas veces las discográficas te sugieren que hagas una colaboración con tal o con cual artista para darle un elemento de interés añadido al disco, en el fondo siempre anecdótico, y no se dan cuenta de que por lo general esas colaboraciones entran con calzador. Aquí, la decisión de quiénes compartían conmigo esta aventura obedece a criterios totalmente personales.
En Bolero para Marcos se respira una atmósfera flamenco-tanguera. Qué te llevó a incluir un instrumento tan poco habitual en el flamenco como el bandoneón?
Tengo una anécdota bonita con respecto a eso: hace tiempo que me cautiva el sonido del bandoneón, a veces pienso que debería haber tocado ese instrumento y no la guitarra, es muy completo, tiene un sonido magnífico para las melodías, posibilidades expresivas, un timbre rugoso y penetrante... El caso es que un día, de regreso de una gira por Europa, en un aeropuerto se me acerca un muchacho argentino que muy amablemente me saluda, me felicita por mi música y me cuenta que es bandoneonísta. ¡Hombre! -le dije-, yo ando buscando un bandoneonísta porque escribí un tema en donde me gustaría compartir la melodía con un bandoneón y, a ser posible, con aire argentino. Total, que lo invité y quedé encantado. Con Ariel Hernández (así se llama) he grabado uno de los temas mejor logrados, creo, de todo el disco.
Háblanos de tu preparación técnica en general y de la que llevas a cabo para los conciertos en particular.
Para la técnica, lo que hago cuando estoy en casa es coger la guitarra y tocar, tocar lo que me viene a la mente. Bueno, si tengo que repasar los temas porque hay un concierto lo hago, siempre funciona si se te queda la mente en blanco (risas).
Practicas una rutina de mantenimiento técnico?
Yo trato de estar el mayor tiempo posible con la guitarra en los brazos porque es lo que me hace sentir bien. Cuando tenía quince años dedicaba una hora diaria sólo a hacer ejercicios, esa disciplina de años me vino muy bien para poder hacer la de ahora, que es más suave. Hay días en los que son dos horas, otros días cinco y otros ocho, pero no es directamente a la técnica. Tú sabes bien, porque eres guitarrista, que con independencia de las horas que eches al instrumento, tenemos días en los que estamos “on” y otros “off”.
Con qué guitarra has grabado este último trabajo, llevas la misma para el directo?
Sí, es la misma que llevo en directo. Este disco lo he grabado con una guitarra flamenca de Manuel Reyes, de Córdoba, un instrumento con el que llevo varios años y que responde muy bien, por lo menos a mi forma de tocar.
Has decidido dedicar más tiempo a tu carrera en solitario. Cuáles son tus planes a corto y largo plazo?
En Mayo (de 2005) me voy a Japón, en donde tocaré ya los temas de este disco. De regreso tengo un tiempo que dedicar a la promoción del disco y al final del verano, en octubre, saldremos de gira a Latinoamérica y Estados Unidos. Luego, a seguir intentando hacer buena música.
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